jueves, 9 de diciembre de 2010

ANÁLISIS: ESTRATEGIAS PARA GENTE DE A PIE

Análisis Grupal

La reflexión inicial del artículo se asemeja a una frase cuyo significado ha sido discutido por numerosos filósofos, “Pienso y luego existo” [1]. Al hacer alusión a esta frase el autor enfatiza la importancia de planificar en el mundo empresarial, entendiendo por planificación “El establecimiento de objetivos y la decisión sobre las estrategias y las tareas necesarias para alcanzar esos objetivos. Es previa a las otras funciones de dirección; es imposible organizar, gestionar y controlar con eficacia sin unos planes adecuados”. (Gorostegui, 1994)[2]

En la planificación existen dos pasos fundamentales aplicables en cualquier tipo de situación que amerite reflexión, entendiendo por este término la “capacidad del ser humano, proporcionada por su racionalidad, que le permite pensar detenidamente en algo con la finalidad de sacar conclusiones” [3]. En primer lugar, desde el punto de vista gerencial se busca - fijar objetivos - que nos proporcionen una orientación y hagan que el proyecto sea realizable; asimismo, evaluar la progresión de nuestras aspiraciones, es decir, el hecho de delimitar los objetivos nos permite evaluar en que punto estamos del proyecto, no obstante, tener un control sobre lo que hemos conseguido y sobre lo que nos falta por completar. En efecto, “el objetivo define el criterio de éxito para el proyecto de una manera que todos pueden entender” [4]. En segundo lugar se requerirá un conjunto de acciones que se llevan a cabo para lograr el cumplimiento de dichos objetivos; - a ese plan se le llama estrategia.

Sun Tzu en su libro “El Arte de la Guerra” plantea “Así pues, un ejército perece si no está equipado, si no tiene provisiones o si no tiene dinero”, es decir, cuando se crea una estrategia, los objetivos deben constituirse a partir de supuestos realistas y de riesgos calculados. Objetivos demasiado optimistas pueden conducir a la frustración si no se tienen los argumentos para cumplir a cabalidad lo establecido y, un comportamiento pesimista puede crear pánico y distracciones.  

Con el tiempo se han desarrollado diversas herramientas que facilitan la aplicación de estrategias y en consecuencia el logro de los objetivos. Dichas herramientas se derivan de un continuo avance tecnológico, entendiendo por tecnología “un conjunto de conocimientos técnicos, ordenados científicamente, que permiten diseñar y crear bienes o servicios que facilitan la adaptación al medio y satisfacen las necesidades de las personas” [5], permitiendo que las empresas adopten nuevas formas que las dirijan hacia una mayor productividad para ser más competitivas.

Actualmente la tecnología representa el corazón de cualquier empresa, aunque su aplicación debe llevarse a cabo de forma inteligente. El simple hecho de introducir tecnología en los procesos empresariales no es garantía de un aumento de la productividad. Para que la implantación de nueva tecnología produzca rentabilidad hay que cumplir varios requisitos: tener un conocimiento profundo de los procesos de la empresa, planificar detalladamente las necesidades de tecnología e incorporar los sistemas tecnológicos paulatinamente, empezando por los más básicos.

La matriz estratégica

Dentro de la matriz estratégica, la misión especifica el campo de actividad de la empresa u organización, los fines establecen lo que sus accionistas y directivos esperan obtener de ella, y los valores definen los límites éticos de su actuación, que no deben traspasar. La visión plantea hasta dónde aspira a llegar la empresa en el logro de sus fines, dentro de su misión y valores. La visión debe ser definida a partir de la misión, fines y valores.

Estos lineamientos constituyen los elementos básicos para desarrollar el pensamiento estratégico acerca de una empresa u organización. Ellos nos suministran un lenguaje para expresar las ideas que sirven para orientar la actividad futura de la empresa. Los fines, la misión, los valores y la visión nos ayudan a definir qué queremos lograr.

Además de la misión, fines y valores que deben ser definidos en una organización como parte del pensamiento estratégico para su orientación en el futuro; también es importante tomar en cuenta que toda entidad o incluso persona se desenvuelve dentro de un marco llamado entorno. Un entorno con características sociales, económicas y políticas propias de cada región o país. Así pues, toda organización debe tener presente las opciones válidas para el futuro, para poder hacer frente a la incertidumbre.

De esto modo surgen, al menos en Venezuela y en América Latina en General, tres modelos básicos de escenarios que representan descripciones sintéticas de las posibles situaciones del entorno en las que se podría ubicar la organización en cuestión en el futuro.

Estos modelos de escenarios que plantea el autor son:

1. Modelo Neoliberal, representa la desregulación total de todos los mercados, sin intervención estadal alguna, pues la regulación vendría dada propiamente por la ley de la oferta y la demanda, “la mano invisible” de Adam Smith, que regula y motiva la acción del mercado.
2. Modelo Neoproteccionista, se basa en un funcionamiento de las fuerzas del mercado, pero con acción interventora del Estado para apoyar la producción nacional y propiciar el desarrollo interno.
3. Modelo Neosocialista, aplicado por primera vez en Venezuela, según opinión del autor. Basado en la regulación de mercados desequilibrados o ineficientes, para buscar la igualdad social, y estimular la pequeña y media industria.

Sea cual sea el escenario en el que se encuentre inmersa una organización, existirán beneficios y desventajas, oportunidades y amenazas, en cada uno de ellos. Es por ello que es necesaria, y aún más, imperante, la necesidad de planificación para establecer el curso de estrategias a seguir, de modo que cualquier entidad sea flexible y adaptable al entorno en el que se encuentre inmersa, y en tal sentido poder trabajar de forma eficaz y eficiente, con miras a trabajar de forma coordinada por el éxito, antes que estrellarse contra un fracaso otorgado en primera mano, por la falta de previsión y por ende adaptabilidad del entorno. 

En sintonía con lo anterior, y ante la incertidumbre ya mencionada que se presenta fielmente en cualquier tipo de organización, o ante cualquier individuo en particular, el autor señala otras herramientas útiles para la planificación estratégica, como es el caso de la conocida matriz DOFA; en la que, una vez más, se disponen elementos externos (del entorno), que, combinados con elementos internos (de la organización) se crean las mejores estrategias a seguir para sopesar las debilidades y amenazas, y aprovechar las fortalezas y oportunidades. Estamos en presencia pues, de una planificación, una previsión, una planeación, para la consecución de los objetivos (enmarcados también en la planificación) de forma eficiente, y dentro de un margen de capital, recursos, y tiempo esperados.

Otras de las herramientas que señala el autor, son:

1. Cuadro de mando integral, en el que se aplica el control de gestión para verificar el avance del curso de acción de las estrategias, señalando cuatro perspectivas para describir la empresa y formular las estrategias (perspectiva de los accionistas, perspectiva de los clientes, perspectiva de los procesos, y perspectiva de las capacidades)
2. Cuadro 4x4, que representa un cuatro que contiene objetivos, indicadores, metas e iniciativas de cada una de las perspectivas de la empresa, para así aplicar el control de gestión del avance.
3. Mapa estratégico, que permite unificar los objetivos de cada perspectiva, las variables estratégicas, los indicadores, y las metas, mediante relaciones causales entre cada uno de ellos.

Éstas y muchas otras herramientas son de utilidad para la planificación estratégica, necesaria para todo tipo de organización. Incluso, estas herramientas podrían ser fácilmente aplicables en la ejecución de las actividades de personas, de individuos, que, sin darse cuenta, o de manera implícita, llevan consigo un conjunto de herramientas de planificación que podrían ser aplicables en la acción cotidiana de sus acciones.

Sin embargo, ni la mayoría de estos individuos señalados, ni la mayoría de las organizaciones (pequeñas y medianas) hacen uso habitual de la planificación estratégica en las actividades cotidianas que llevan a cabo, cuando la realidad indica que el uso cotidiano de estas herramientas de planificación generan un mayor beneficio en los resultados de dichas actividades. Por esto es, que Antonio Francés señala, que el uso estos instrumentos finalmente se resume en pensar primero y actuar después, controlando así el propio destino (personal u empresarial), por lo que representa una superación humana, identificándose con etapas superiores de la evolución.

 
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Cogito_ergo_sum
[2] http://www.eumed.net/ce/2009b/jcqp2.htm
[3] Baird, Forrest E.; Walter Kaufmann (2008). From Plato to Derrida. Upper Saddle River, New Jersey: Pearson Prentice Hall
[4] http://www.gestiopolis.com/administracion-estrategia/mujeres/cambio-organizacional-la-importancia-de-fijar-objetivos.htm
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Tecnolog%C3%ADa

Integrantes:
Bolívar, Juan Carlos
Gómez, Ulises
Merhi, Amer
Ramos, Ricardo
Tovar, Neyva

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